Una de las razones por las que inicié este viaje por la cosmética natural fue las alergias. Yo soy super alérgica, es decir, soy muy sensible a muchas sustancias que me producen reacción negativa.
Por supuesto, en mi investigación, descubrí que gran cantidad de los productos cosméticos comerciales tienen como ingredientes derivados del petróleo: parabenos, aceite mineral, petrolatos, etc. Por supuesto que, en la elaboración de los productos naturales, quitamos este tipo de ingredientes de la ecuación y ¡sorpresa!, disminución de las reacciones alérgicas.
Uno de los contras más grandes de los derivados del petróleo es su capacidad para tapar los poros, de ahí que muchas veces provocan descamaciones, proliferación del acné y resequedad en la piel.
Pero ¿para qué se usan? Son productos que promueven la estabilidad de las fórmulas y su costo es más económico que ingredientes de origen vegetal. De ahí que la mayor diferencia entre los productos comerciales y los artesanales es que la fórmula es la misma, no cambia. Los productos hechos a mano son diferentes cada vez que se hacen, a menos que se usen ciertos ingredientes químicos relacionados con los derivados del petróleo.
¿Cómo saber si el producto que estoy usando tiene derivados del petróleo? Fácil. La lista de ingredientes incluirá compuestos como: aceite mineral, metilparabeno, benzoato, butilparabeno, petrolato, parafina, benzeno, vaselina y similares. Si el nombre es muy complejo, definitivamente es un químico que no suele aportar ningún beneficio directo a la piel, pero que se usa para darle estabilidad y duración al producto.